Rudo y cursi
Con la puesta a la venta de la edición 175 del Chamuco aparece también un personaje que llevaba tiempo haciendo fila en mi cuaderno de apuntes para ver la luz.
Coincide - esto es, metido con calzador- también con dos temas en espera de mejores tiempos de la agenda nacional: la tan cacareada y mediaticamente manoseada ley de la pena de muerte y la revisión de todo aquello que rodea a nuestro sistema penitenciario por parte del estado.
Rodd Connie Wailer un mercenario exconvicto se lanza en esta edición al mundillo del cómic en una presentación de una sola página.
En las páginas del Chamuco este antihéroe inicia su historia entrevistándose a su vez con otro mercenario, pero del mundo de la política.
El personaje en esta su presentación en sociedad, deja entrever que su caótica vida ha estado circunscrita en el peor de los mundos y por ello- presume -se las sabe de todas, todas.
Hacía ya tiempo que buscaba un personaje sin escrupulitos, violento, sin vuelta atrás, rescatado del infierno, indomable...En suma, un tipo que conociera de cerca la relación de las cárceles con la droga, con la deformación y la pobredumbre de los valores - auspiciada y alentada muchas veces por el mismo estado -, la violencia tras los barrotes, las sociedades carcelarias y que al final se lanzara en dos viñetitas, con un rollito sobre la criminología , los entreveres penalistas y lo redituable del criminal para las instituciones del estado, que exento de esa materia prima, no tendrían razón alguna de existir.
Los malandros -aunque no se crea-constituyen en este país una enorme industria de la que viven una gran cantidad de personas: Jueces, abogados, policías, penalistas, juristas, investigadores académicos , médicos forenses, agentes de ministerios públicos ...y a su vez , otros malandros, claro.
Se trata también de un personaje cuyo nombre fonéticamente modificado - Rothwheiler- develará el misterio del porqué de su linaje canino en sucesivas entregas, dentro de la saga Harumm Scarumm...
Pero, ¿ Y el " Connie" ?
El nombre de la dueña de unos ojos primorosos que, frente a una taza de café, lo vieron nacer...
¿Más cursi? Imposible...
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