miércoles, 26 de agosto de 2009

Mi árbol y yo...
Me encantan las jacarandas. Amo las jacarandas. Me maravillan las jacarandas.
No existe en la tierra -creo-un árbol tan explosivo, tan lleno de color y tan inspirador como el de la jacaranda. Cuando llegan, todos saben que se aproxima una temporada llena de calor, de aromas y de colores... Y cuando se van, sabemos también que todo lo que decoraron e iluminaron durante el verano comienza a marchitarse...
Las avenidas tan llenas de movimiento y de bullicio se oscurecen sin ellas , se tornan grises...las casas que tienen la suerte de contar con una de ellas en sus patios, se transforman de pronto en construcciones insípidas...los andadores se quedan vacíos de los visitantes que acudían a admirarlas...los enamorados durante algún tiempo ya no se harán arrumacos ni promesas bajo su sombra...los chicos no rodearán más su tronco con sus juegos...algunos ancianos lectores, viejos conocidos suyos, confiarán a lo sumo en llegar con vida al próximo ciclo para saludarlas de nuevo...los parques públicos se vuelven anodinos...sin chiste...

Me encantan las jacarandas.
Hace unos días tomé mis bártulos de trabajo, caminé unas cuadras hasta una concurrida avenida llena de estos árboles tropicales y me senté junto a la más hermosa de sus niñas...Bajo su espectacular sombra y armado via auricular con Blue Spanish Eyes y Release Me de Engelbert Humperdinck, acabé con verdadero deleite con un habano Cohiba, obsequio de unos amigos recién desempacados de la isla, y de un solo jalón terminé los bocetos, la historia y el trazo a lápiz de esta pieza de la saga Harumm Scarumm para el Chamuco.
Pues bien, esta semana apareció la edición 181 de la revista, y entre sus páginas, mis editores tuvieron a bien insertar el producto de esa solitaria tarde de inspiración.
Quizá algunos hubiesen esperado encontrar en este espacio una profunda disertación sobre los resortes de esta historia.
Pues no.
Esta vez sólo apuntarémos la anécdota que la originó y la conformó. Ojalá y la disfruten...
A los amables 3 lectores de este blog les recomiendo adquirir su ejemplar y disfrutarlo una tarde de estas...bajo uno de estos esplendorosos árbolitos.
Es posible que todavía subsista alguno de ellos por ahí...
Por cierto, amo las jacarandas, me encantan las jacarandas...No recuerdo haberlo dicho...¿ o sí..?

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