viernes, 21 de noviembre de 2008

¡Qué Caca!
Un buen día, uno de los editores de la revista Mad en español me avisó del cierre quincenal e inminente de la edición y me solicitó una historietita "que no estuviera muy larga".
Órale.
Sin más, decidí ponerme a hacer talacha y empezar por un borradorcito de la pieza en cuestión.
Pero durante un buen rato no se me ocurrió nada.
Pasaron unas 4 horas y tampoco.
Terminó el día y nada.
No encontraba ningún tema o asunto que me llamara la atención como para ponerme a escribir ipsofacto, ni mucho menos ninguna excusa para agarrar el lápiz.
Al otro día, obvio, comencé a desesperarme y sin más, opté por abrazar la consabida rutina...a ver si por ahí caía algo. Comencé por llevar a mis hijos al cole y de regreso, esto es , por el mismo camino por donde había pasado unos minutos antes, me topé con algo sobre la acera que llamó poderosamente mi atención.
Era una señora caca de cánido.
Pero que digo caca, era un inconmensurable mojón recién manufacturado - terso, tibio, casi humeante- y parecía obstruir mi paso, como retandome a rodearlo, brincarlo o bien a hacerle caso omiso. Antes de tomar una decisión, y ante la enorme dificultad que supone rodear un pedazo de mierda de considerable tamaño, de pronto me di cuenta de la terrible y complicada situación en la que me encontraba. La acera que minutos antes se asemejaba al prístino delantal de un chef, ahora era un auténtico campo minado, sembrado como estaba por doquier por tantas deposiciones de perro.
Unos metros más adelante descubrí a la culpable. Se trataba de una ancianita, aparentemente tierna y afable, acompañada y rodeada de 4 enormes perros.
De la manera más cordial y con mi mejor español le pregunté si sus perros eran los culpables de que la banqueta pareciera charola de merenguero. Muy oronda , la ancianita me dijo-también con su mejor español-que a mi que me importaba, que no estuviera chingando(sic).
¡¿Whaaaat ?!
Justo cuando estaba por explicarle que por aquel lugar pasaban niños y que era tránsito obligado de maestros, narcomenudistas, taqueros, vendedores de seguros y de todo tipo de andantes a los que no nos gusta torear mojones de nadie, la viejecita azuzó a sus perros y antes de salir de ahí por piernas, alcancé a escuchar como me decía que la culpa era del municipio, porque no enviaban a los del servicio de limpia a recojer esos mojones, que para eso ella y sus hijos pagaban impuestos.
Sin más, me di cuenta que había encontrado un tema y cual vengador de las causas sociales y nobles, me senté casi una semana a chutarme esta pieza.
Aunque está tratado con eufemístico humor, el tema no deja de provocar que de cuando en cuando, algunos de nosotros arrugemos el entrecejo ante tanto ciudadano valemadre - de cualquier edad- y, desde luego, por lo asqueroso y cotidiano del asunto.
En su estreno mundial, el payaso Klo-Klo me hizo favor de ayudarme a digerir un poco el desaguisado.
Por cierto, la pieza entró a tiempo para el deadline del tántrico número 69 de Mad, la revista que publica pura...pura...bueno, ustedes ya saben...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Maestrazo que regalote!!!!!


tu comic en gran formato!!!!


muy buena tu linea de dibujo compa!!!!

limbocolectivo dijo...

ufff POCA MADRE!
Hermoso trazos y muy ca...chistosa la historia, delo mejor que se hace en la tan pinchurrienta MAD de aqui.
Chido master.